La séptima generación sin plástico
La misión de Seventh Generation es transformar el mundo en un lugar sano, sostenible y equitativo para las próximas siete generaciones. ¿Le creemos?
A comienzos de 2021 lanzaron una nueva línea de productos que elimina por completo el plástico, cambia la fórmula de la presentación eliminando el agua, y propone una nueva manera de limpiar. No suena mal. Más abajo te cuento más sobre esto.
En otros artículos comenté sobre los loquitos suecos que quieren salvar al planeta con la avena y otro de unos escoceses fanáticos de la cerveza y eliminación del CO2 de la atmósfera. Ahora le toca el turno a unos norteamericanos que hacen limpiadores naturales, eficientes y amigables con el medio ambiente.
Los valores de una empresa son tan importantes como los productos que fabrican.
La onda sostenible
En el camino de la ecología, hay muchos que se suben a ella por moda, pero también hay otras empresas (pocas) que sostienen una larga trayectoria. Durante los últimos 30 años, Seventh Generation siempre se mostró como una empresa con fuertes convicciones sobre los derechos de las personas y el planeta.
Todos sus productos de limpieza son de origen vegetal y aseguran eficacia, cosa que sin ingredientes químicos es más difícil de lograr. Pero en definitiva, es mejor evitarlos para la salud del medio ambiente y de las personas que vivimos en él.
Los residuos, son… un residuo. Por eso comentan que utilizan materiales reciclados para diseñar sus envases, y además están diseñados para ser reciclados.
Que sea reciclable no quiere decir que vaya a ser reciclado.
Depende de muchos factores: el compromiso de los consumidores para una separación apropiada en origen, la infraestructura local para poder tratar los materiales y un mercado que se interesa por los residuos para utilizarlos como materia prima.
El diseño gráfico de Seventh Generation tiene una fuerte relación con la naturaleza semnatizada por la hoja verde que está por detrás del logotipo. Las etiquetas presentan información comunicando los beneficios funcionales y ambientales de cada producto.
El diferencial debe estar comunicado siempre en primer plano.
¿Quién es SEVENTH GENERATION?
Esta empresa tiene la misión de transformar el mundo en un lugar saludable, sostenible y equitativo para las próximas siete generaciones. ¿Por qué siete?
El concepto de la séptima generación se basa en una antigua filosofía de los Iroqueses (comunidad originaria del norte de Estados Unidos) según la cual las decisiones que tomamos hoy deberían dar lugar a un mundo sostenible en siete generaciones. Es decir, pensar en no perjudicar a los que van a vivir muchísimos años después de nosotros.
Esta comunidad ancestral lo tenía claro desde hace mucho. Recién en 1987, gracias al informe Brundtland, se acuñó el concepto de “desarrollo sostenible”, que habla de considerar lo económico, lo ambiental y lo social para satisfacer nuestras necesidades sin comprometer a las generaciones futuras.
Desde 1988, Seventh Generation formula productos para el hogar y el cuidado personal basados en plantas, lo que ayuda a no contaminar el agua con químicos. Tienen sede en Burlington (Vermont, en el extremo norte de Estados Unidos), son una empresa B (lo que marca la responsabilidad empresarial).
En 2017, pasaron a ser parte de Unilever, una corporación multinacional con más de 400 marcas en 190 países. Un cambio de titularidad puede ser delicado, especialmente cuando construiste un negocio en torno a valores que no deberían perderse ni contradecirse para que la promesa de marca no se caiga a pedazos.
Seventh Generation tiene un historial de fuerte activismo para exigir leyes sobre igualdad social y cuidado ambiental. Por su accionar, muchas marcas decidieron declarar sus ingredientes en las etiquetas y cambiar las fórmulas de sus productos para eliminar los químicos más contaminantes. ¿Será por eso que Unilever terminó invirtiendo en ellos?
¿Debemos seguir festejando?
La buena noticia es que justamente la misión y valores de Seventh Generation son los que la hicieron atractiva para Unilever. El alcance que puede darle una corporación tan poderosa puede potenciar aún más la misión social y medioambiental o… tirar todo por la borda.
Podés cambiar tu alcance, pero no traiciones tus valores.
Así y todo, tomaron algunas medidas interesantes. Por ejemplo, incentivar reducir la huella de carbono (la cantidad de CO2 que emiten a la atmósfera) a través de un impuesto interno. Deben pagarse a ellos mismos una tasa de 12 dólares por tonelada de carbono emitida para obligarse a ser realmente responsables.
Lo recaudado está destinado a ampliar el uso de energías renovables y a financiar programas centrados en la sostenibilidad. Parece una buena manera de tener un presupuesto para invertir en los objetivos más grandes.
La cuestión es que no termine algo como juntar las monedas del cambio para ponerlas en la alcancía. Depende de cuán rápido se llene y cuánto hay para que la recaudación permita inversiones relevantes.
¿Mejor o menos malo?
En los últimos años desarrollaron pañales para bebés y tampones de higiene femenina. La materia prima proviene de fuentes certificadas, no todas renovables, y también de algodón orgánico.
Desde la comunicación son muy astutos. Los pañales muestran fotos de bebés de distintas características étnicas, buscando deshacerse del estereotipo del “bebé rubio de ojos claros”. También acompañan leyendas como “futuro amante del planeta”, “futuro protector de la vida silvestre”, “futuro agente de cambio” o “futuro servidor del océano”.
En inglés las palabras no tienen género masculino o femenino, pero yo todavía no estoy para decir “prot@cter” en lugar de protector, o “servid@r” en vez de servidor.
Aseguran que estos productos no están tratados con blanqueadores ni químicos dañinos. Pero, claro, nada de esto es reciclable, biodegradable o compostable. Ni lo de ellos, ni los de ninguna otra marca. En su sitio web lo aclaran en la sección de preguntas frecuentes.
La pregunta es si deberían haberse metido en una categoría donde no podrían asegurar el 100% de sus promesas. Creo que acá pesa más la conveniencia y comodidad de los usuarios.
No todas las personas están dispuestas a utilizar pañales y toallas femeninas de tela lavables y reutilizables. ¿Deberían ofrecer esas alternativas de todos modos? En algún punto depende de la demanda del mercado y lo que cada uno esté dispuesto a hacer.
Con estos desarrollos buscan mejorar y optimizar la fabricación de productos que otros fabricantes seguirán ofreciendo de todas maneras, con otros componentes no tan buenos para el medio ambiente.
Para el caso de la higiene femenina, comentan que donan una parte de cada venta para asociaciones que ayudan al acceso de tampones a personas de bajos recursos. Tal vez la copa menstrual sería una opción más ecológica, aunque utilice plástico.
También desarrollaron jabón líquido para manos, espuma de baño y desodorantes basados en ingredientes 100% biodegradables por lo que no contaminan el agua. Una parte de lo recaudado lo donan a la fundación Clear Water Action, que desde 1972 promueve el cuidado del agua. Lo del envase cero residuo por ahora es un proyecto.
El genio en la botella
Esta es una de las empresas que desde hace mucho tiempo comenzó a utilizar plástico recuperado del post-consumo y tratar de reducirlo. Comentan que en 2020 el 69% de los envases de plástico que produjeron tienen contenido reciclado.
En 2011 lanzaron la primera botella de papel, reduciendo 66% del plástico, y hasta hoy la siguen comercializando. Tuvo muchísima repercusión e incluso me llevó a destacarla como ejemplo en Marcas Envasadas, uno de mis libros. Posteriormente me di cuenta que estaba bien, pero no tan bien, porque mezcla varios tipos de materiales. Aún así presenta algunas ventajas.
Adentro tienen una bolsa de polietileno de baja densidad y puede reciclarse si alguien se ocupa de ellas. Recordá que aunque sea reciclable, no quiere decir que se vaya a reciclar.
El tapón de la botella es de polipropileno, que no suele ser aceptado por las empresas de reciclaje, pero sí por los contenedores de Gimme 5, de la empresa Preserve en las tiendas Whole Foods Market. La carcasa es de cartón 100% reciclado, es reciclable y compostable incluso domésticamente. Fabricada con un 70% de cartón y un 30% de papel de periódico.
Una botella de gaseosa también utiliza varios plásticos, el de la botella (PET), el de la etiqueta y la tapa en distinta densidad (polipropileno #5). Por lo que tener distintos materiales distintos en un mismo envase es muy común.
Para algunos, este desarrollo de botella de papel fue más una cuestión de marketing para tener visibilidad y presenta más desventajas que ventajas. La realidad es que depende de la vara con la que lo midas. Hoy en día, habiendo pasado muchos años de este lanzamiento, hay muchas marcas recién probando este tipo de botellas de papel.
Ese “tema” del plástico
Algunos de sus envases están hechos con 100% plástico reciclado, lo que implica que no tuvieron que usar plástico virgen para hacer fabricar botellas. Lo malo es que solo 14% de los residuos de envases de plástico fueron recuperados para su reutilización.
El reciclaje de por sí no es una solución definitiva.
En la contraetiqueta también incluyen la instrucción de How2Recycle para orientar al consumidores acerca de las posibilidades locales para reciclar la botella, y también incluyen al código de barras bajo la iniciativa “smart label”, que permite conocer los detalles de los productos y sus ingredientes usando la App y cámara del teléfono.
Por otra parte, desarrollaron envases que reducen el uso de plástico, como un detergente para la ropa concentrado que utiliza 60% menos plástico que la botella tradicional. No está mal, pero no es suficiente. Reconocen que por muy bueno que sea el plástico o por poco que se utilice, el reciclaje por sí solo nunca resolverá el problema.
Es muy difícil cambiar un material de un día para el otro, pero no podemos conformamos con menos plástico cuando imaginamos un futuro sin plástico contaminando el medio ambiente.
Para cumplir con este objetivo crearon un equipo de Incubadora de Crecimiento centrado en desarrollar nuevas soluciones para eliminar el plástico del portafolio de sus productos. Es una buena manera de tener una incubadora de proyectos propia que haga pruebas y ajustes rápidos.
Desarrollaron una nueva línea que por fin no utiliza plástico. Para mí lo bueno no es solo eso, sino que sean reutilizables y se puedan recargar varias veces. Sería ideal.
Eso sí, preparate para limpiar de forma diferente, porque ahora estos productos son polvos en lugar de líquidos. ¿No querías que no usaran más plástico? En Argentina tenemos un dicho que aplica perfecto; “si te gusta el durazno (melocotón), bancate (aguanta) la pelusa”. La traducción quizás no es tan precisa, pero sería algo así; “si algo te gusta tendrás que aceptar todo lo que eso implica”.
Lo que me llama la atención es lo similar que son todos los productos cuando hay distintas aplicaciones. Los descriptores de productos son bastante pequeños, no se diferencian por color y es difícil reconocer para qué sirve cada uno.
El cambio necesita amigos
La nueva línea se llama Zero Plastic Homecare, como para que todos comprendan rápido de qué se trata. Al utilizar productos no líquidos, los envases no necesitan que el plástico actúe como barrera contra la humedad. Se presentan en polvo en lugar de líquido, y el detergente para lavavajillas viene en pastillas.
El producto se tiene que espolvorear sobre un paño húmedo y se frota para hacer espuma. También puede aplicarse directamente sobre una superficie sucia o disolver con agua en un recipiente reutilizable y usarlo líquido.
Eligieron el acero porque es más probable que se recicle respecto al plástico. La tasa de reciclaje de las latas de acero ronda el 70% en Estados Unidos y, en general, es el material que mejor se paga en el mercado.
El acero que utilizan ya tiene un 25% de metal reciclado, y además es infinitamente reciclable. Comentan que con respecto al aluminio, el acero tiene una menor huella de carbono en la minería, pero sigue teniendo un impacto medioambiental. Lo mejor es que el material es duradero y se pueden utilizar como envases recargables. Eso es lo ideal.
Estos productos se venden primero a través de Grove Collaborative, una tienda exclusiva de comercio electrónico centrada en productos sostenibles. ¿Será que el mercado norteamericano todavía no está preparado para esto a nivel masivo?
La verdad es que ahora deciden probar los nuevos productos para ver cómo responden los consumidores. Esta es una parte fundamental, la de adoptar este tipo de propuestas aunque no sean lo que están acostumbrados la mayoría de los usuarios.
Es necesario comprometernos a ser consumidores responsables tratando de realizar mejores elecciones, y que a su vez las empresas puedan escuchar, aprender y cambiar. Esperemos que no nos lleve siete generaciones…
Para recapitular lo que vimos:
Esta empresa tiene una buena combinación de iniciativas.
- Pensar más allá de lo que nos conviene hoy para considerar el futuro.
- Los productos deben ser reflejo de nuestros valores.
- Dedicar parte del presupuesto a la mejora continua.
- Tener un equipo interno dedicado a la innovación y dejarlos hacer.
- La búsqueda por un futuro mejor nunca termina.