Branding personal

Por Steve Osborne* / Copyright © 2011 Shelf Life

Los personajes famosos son hoy en día considerados como marcas, y según nuestra definición “una marca es una historia”, por lo que eso tiene perfecto sentido.

El cocinero Jamie Oliver se está convirtiendo en una marca muy grande, con sus dedos puestos en numerosos pasteles (metafóricamente hablando).

Capturar una historia de múltiples facetas (y en rápida evolución) es un reto interesante, y en el caso de Jamie los packaging de su marca presentan mensajes diversos.

Existe una versión pulida y convencional llamada Jamie Oliver – keep it simple que, donde mejor se expresa, es en estos kits hogareños de hierbas. De las numerosas poses que el diseñador podría haber elegido, esta escena donde se lo ve tranquilamente comiendo un plato de pasta, está muy bien elegida, y tiene suficiente presencia sin necesidad de dominar el pack.

Pero también tenemos la muy galardonada línea J-me, que representa una colección más auténtica, producida en colaboración con “un grupo de diseñadores y artesanos verdaderamente talentosos”. Su packaging es un triunfo de la imaginación sobre la conformidad, y también le queda muy bien a Jamie, aunque quizás fue creada más para el fan comprometido que para el comprador ocasional de Sainsbury´s.

*Agradecemos especialmente a Steve Osborne por su artículo. Steve es socio de Osborne Pike.