Un packaging premium para vender…¿basura?

En 2001 Justin Gignac comenzó a vender basura luego de que un compañero de trabajo lo desafió a demostrar el poder del diseño de packaging.

Entonces se le ocurrió envasar lo que nadie jamás imaginaría vender ni comprar. La respuesta fue comercializar basura 100% auténtica de la ciudad de Nueva York.

La basura es cuidadosamente seleccionada a mano y envasada en elegantes cubos minimalistas fabricados en acrílico, que se presentan firmados, numerados y fechados. Ya se han vendido más de 1.300 cubos alrededor del mundo a 50 dólares cada uno.

El proyecto pone en evidencia como el packaging puede transformar algo sin ningún valor aparente, en una pieza artística.