7 errores capitales que las empresas cometen con sus packaging – Parte 1/2

I. EL PRODUCTO “SUPERMAN”
(o cómo sobreestimar al producto)

Cuando se supone que siempre el mejor producto ganará la batalla, se parte del error de considerar que la compra de un producto se realiza a partir de una valoración objetiva y racional.

En un mundo donde reina la imagen, el peso simbólico, afectivo y emocional de la misma genera valores intangibles. Hoy el packaging no es un simple contenedor, sino una fusión envase-producto, transformándose en un todo ante los ojos del consumidor.

II. LA CLONACIÓN ESTÁ DE MODA
(o la falta de diferenciación)

Los años ‘80 inventaron los clones. La copia y el “me too” fueron un dogma. Ha llegado el momento de la gran diferenciación.

Diferenciarse, personalizando el envase, es valorar la marca. Si las empresas quieren vender, deben sorprender al consumidor. Cuando se repiten los mismos estereotipos, la manera más segura de seducción es diferenciarse; de otro modo, los consumidores se guiarán por el único argumento diferenciador: el precio.

III.-BORRÓN Y CUENTA NUEVA
(o cómo no rescatar los equities)

La identidad de una marca se va construyendo de forma progresiva en el tiempo. Un cambio brusco, con el afán de comunicar una nueva imagen, puede reducir o eliminar dichos equities, confundiendo o desorientando al consumidor.

En un mercado competitivo, la identidad acumulada a lo largo del tiempo es un patrimonio (equity) preciado para la marca. Formas, tamaños, colores, logotipos y tipografías son elementos característicos que pueden redundar en fidelidad y lealtad por parte del consumidor.

IV.-LOS SENCILLOS 35 PASOS…
(o los packaging con fallas operativas)

Muchas veces terminamos cortando inadecuadamente un envase, hartos de intentar abrirlo. Seguramente, al momento de reponer el producto, lo reemplazaremos por otro más práctico.

Cuando un envase requiere un alto grado de operatividad se debe analizar muy cuidadosamente su secuencia de uso y evaluarla minuciosamente hasta en la situación menos favorable. También su comunicación visual debe ser clara, legible e instantánea.